"El porqué de las crisis financieras y cómo evitarlas" Frédéric Lordon (1ª ed. 2008)

viernes, 2 de julio de 2010
Fréderic Lordon, ingeniero y economista francés, analiza las causas subyacentes de las crisis financieras que han azotado de forma recurrente a las economías capitalistas.

Lejos de ser fenómenos aislados con motivos dispares, son fenómenos recurrentes con orígenes comunes, y esos orígenes, en contra de la opinión dominante, no son comportamientos inadecuados de un puñado de individuos, sino la resultante necesaria de una lógica maximizadora de los beneficios a cualquier costa.

Como los propios defensores del sistema argumentan, es la avaricia sin límite la que está en el origen de los excesos, pero cualquier agente con una avaricia más limitada sería expulsado del mercado inmediatamente por la competencia que siempre busca la máxima rentabilidad.

Si hay forma de ganar más dinero, por arriesgada que resulte, algunos agentes lo intentarán, y si algunos lo intentan el resto deberán seguirlos, y en la medida en que el comportamiento se generalice, el riesgo desparece como por arte de magia: los preciados activos de alta rentabilidad son objeto de una demanda creciente y sus precios suben como la espuma.

Esta lógica lleva necesariamente a los productos derivados, amplificadores de los rendimientos (positivos o negativos),  al apalancamiento y a la titulización, y provocan un crecimiento "autista y entrópico de las finanzas".

Todo el sistema descansa en definitiva en la creencia de que todo va bien en el mejor de los mundos posibles, y cuando se producen las primeras pérdidas los mismos mecanismos que han permitido acumular colosales beneficios con inversiones ridículas son capaces de convertir cualquier contratiempo que sería asumible en circunstancias normales en una catástrofe global.

La lucidez y sencillez del análisis es muy destacable, las explicaciones de los instrumentos utilizados (CDOs, ABS, ABS de CDOs, CDOs sintéticos, etc) sencillas y completas, y el relato cronológico de los distintos hitos de la crisis hasta el momento de la publicación, excelente. Pero el autor, que podría haberse quedado aquí, da un bendito paso más: propone medidas para corregir la situación, y medidas radicales.

Plantea que el sistema financiero debe medirse por su contribución al sistema económico, muy modesta cuando todo va bien y catastrófica cuando las cosas se tuercen, y que debe ser reducido a su dimensión lógica y fuertemente controlado y disciplinado.

En el capítulo 5, acertadamente titulado "Cambiar todo" se recogen seis principios y nueve propuestas para acabar con las crisis financieras.

Los principios son:


  1. Las finanzas son siervas
  2. El control de los riesgos es una quimera, en necesario reducir severamente la toma de riesgos ab initio
  3. Cuando la burbuja se ha formado, ya es demasiado tarde. Estallará necesariamente
  4. Las regulaciones mínimas a escala internacional, para encontrar un consenso,  no funcionan
  5. Europa es una zona autosuficiente de actividad financiera
  6. Las protestas previsibles de la industria financiera deben considerarse, de antemano, nulas y sin valor

Las propuestas que articula son las siguientes:


  1. Desincentivación (de las conductas de riesgo de los gestores y de la innovación financiera)
  2. Destitulización
  3. Desapalancamiento
  4. Regulación imperativa para todos los operadores no bancarios de las finanzas de mercado
  5. Desapalancamiento "de mercado" para los mercados organizados de derivados
  6. Nacionalización europea de las empresas de bolsa
  7. Desapalancamiento "de mercado" para los mercados OTC
  8. Una política monetaria antiespeculativa (dos tipos de interés: para financiación y para especulación)
  9. Desconexión: controlar las relaciones entre la zona financiera europea y las zonas no reguladas


Pueden parecen propuestas duras, incluso brutales, pero no tan brutales como los efectos que la toma de control de la realidad económica y política por los mercados financieros está provocando.

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